Se considera como malware a cualquier aplicación que efectúa operaciones no autorizadas con el propósito de causar daño al dispositivo, al usuario o a la empresa.
La cantidad de malware existente para estos dispositivos ha crecido exponencialmente en los últimos años.
Muchas aplicaciones se hacen pasar por otras para que el usuario las instale. Estas incluyen software malicioso que, al ser instalado, se propaga por el dispositivo móvil infectándolo.
Como principales tipos de malware podemos destacar los siguientes:
- Malware bancario: con este tipo de malware los ciberdelincuentes pretenden atacar a aquellas empresas o particulares que realizan sus operaciones bancarias a través de los dispositivos móviles. Este malware incluye troyanos que se instalan en el móvil para recoger información sobre contraseñas bancarias e inicios de sesión.
- Ransomware móvil: este software malicioso bloque información importante del usuario como vídeos, documentos o fotografías, y la cifra pidiendo un rescate para poder acceder a ella. En caso de no pagarse ese rescate se eliminan o se bloquean esos datos para que el usuario no pueda volver a tener acceso a ellos.
- Spyware móvil: se trata de una aplicación que controla la actividad realizada por el dispositivo, localiza la ubicación y roba importante información. Muchas veces aparece como un software legítimo pero que por detrás recoge información. Es posible que ni siquiera nos demos cuenta de que lo tenemos instalado hasta que no efectuemos un análisis antimalware en el dispositivo y veamos que baja el rendimiento del mismo.
- Malware de MMS: también se inserta malware en mensajes de texto para ser distribuido. Al abrir el mensaje o, en muchos casos, sin abrirlo ese malware se instala en el dispositivo.
- Adware móvil: se trata de publicidad maliciosa, las molestas ventanas de anuncios emergentes que, si pinchamos en ellas, podemos hacer que un atacante acceda a nuestra información personal.
- Troyanos de SMS: la acción más realizada por los usuarios en sus móviles es el envío de mensajes. Por eso, los atacantes infectan los dispositivos con troyanos a través de los que se envían SMS a números de tarificación especial incrementando las facturas de los usuarios.