Existen nuevos riesgos para la seguridad de las empresas derivados del uso de tablets, smartphones y otros dispositivos conectados dentro de la llamada Internet de las cosas. Estos dispositivos no ofrecen suficientes garantías de que su software esté actualizado continuamente.
Los fabricantes del sistema operativo Android no son suficientemente eficaces en el mantenimiento de sus productos actualizados y muchos dispositivos de IoT no están programados para recibir actualizaciones automáticas.
El incremento del uso de dispositivos móviles aumenta también las posibilidades de brechas de seguridad.