Fallos o deficiencias de un programa que pueden permitir que un usuario no legítimo acceda
a la información o lleve a cabo operaciones no permitidas de manera remota.
También conocidos como «agujeros de seguridad» pueden ser aprovechadas por atacantes mediante exploits, para
acceder a los sistemas con fines maliciosos. Las empresas deben ser conscientes de estos
riesgos y mantener una actitud preventiva, así como llevar un control de sus sistemas mediante actualizaciones periódicas.